La relación entre aspecto físico y bienestar emocional es notable, pero en el día a día, en medio del estrés, las ocupaciones y el trabajo no siempre es fácil tener el tiempo suficiente para cuidar de uno mismo. Sentirte bien por fuera, significa sentirte también, mejor por dentro:

1. No te obsesiones con llevar la moda a tu cuerpo, elige las prendas que se adapten a ti y a tu personalidad.
2. Realza aquellas partes del cuerpo que más te gusten. De esta forma, se disimulan esos pequeños defectos.
3. Apuesta por la salud. La extrema delgadez que lucen algunas chicas jóvenes es preocupante porque tristemente, en la sociedad actual se está lanzando la idea de que para estar guapa hay que usar una talla 36.
4. Cuidar de uno mismo no sólo es algo típicamente femenino sino que ellos también, se cuidan cada vez más, les gusta la moda y se cuidan.  La relación entre cómo te ves a ti mismo y la autoestima es notable.
5. Elige la ropa en base al momento. No puedes vestir del mismo modo para una entrevista de trabajo que para ir, un día cualquiera, dando un paseo por la ciudad.
6. Tira toda esa ropa que hace siglos que no utilizas. Este tipo de limpieza también es un buen ejercicio de higiene mental.
7. Organiza mejor tu armario, por ejemplo, puedes poner las prendas por colores porque así te resulta más fácil saber qué tienes. Cada mañana, intenta conjuntar la ropa de diferente forma. Esta es la fórmula para sacar el máximo partido a tu fondo de armario.
8. Disfruta del proceso de arreglarte como un momento de placer que te das a ti mismo. En esencia, se trata de hacer tiempo para cuidar de ti. Pero eso sí, todo con medida y evitando la obsesión de querer ser una persona perfecta las 24 horas del día.
9. Arréglate para gustarte a ti, pero no lo hagas pensando en gustar a los demás. De lo contrario, caerás en la esclavitud de confundir aquello que eres con tu apariencia.
10. En un momento de tristeza, placeres como ir a la peluquería, salir de compras o ir a un balneario son placeres que te ayudan no sólo físicamente sino también, a nivel emocional.  Del mismo modo, utiliza colores alegres a la hora de vestir. El negro es muy elegante, y perfecto para cualquier momento, pero no hagas de tu armario un uniforme de luto diario.

Maite Nicuesa Guelbenzu

Doctora en Filosofía